Queridos hermanos y hermanas:
Cuando recitamos el
'Credo', decimos que la Iglesia es 'una' y 'santa', aunque sabemos por
experiencia que también está compuesta de pecadores y que no faltan divisiones.
Jesús, antes de su Pasión, pidió por la unidad de sus discípulos: 'que todos
sean uno'.
Nos confía así su deseo de que la unidad sea una de las notas
características de nuestra comunidad. Los pecados contra la unidad no son sólo
los cismas, sino también las cizañas más comunes de nuestras comunidades:
envidias, celos, antipatías… Esto es humano, pero no es cristiano.
En una comunidad cristiana, la división es uno de los
pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que
separa, destruye las relaciones, siembra prejuicios. Lo que Dios quiere es que
seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos para parecernos cada vez más
a Él, que es comunión y amor. En esto consiste la santidad de la Iglesia: en
reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de
lengua española, "en particular a los grupos provenientes de España,
Venezuela, Chile, Argentina, México y otros países latinoamericanos". Así
Francisco ha indicado que "mañana tendrá lugar en los jardines del
Vaticano la colocación de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre,
patrona de Cuba. Saludo con afecto a los obispos de Cuba, venidos a Roma para
esta ocasión, a la vez que les pido hacer llegar mi cercanía y bendición a
todos los fieles cubanos.
Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa les
cuide".
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