El Vaticano acogió el domingo una prueba atlética, los 100
metros de carrera y fe. La iniciativa, organizada por el Pontificio Consejo de
la Cultura y el Centro Deportivo Italiano, pretendía subrayar importancia del
deporte como bien cultural, educativo y espiritual y llamar la atención de los
diversos componentes del mundo católico sobre el papel formativo que puede
asumir el deporte en la catequesis cristiana.
Este domingo, la Vía de la Conciliación y la Plaza de San
Pedro se convirtieron en una inesperada pista de atletismo en la que se
corrieron los 100 metros de carrera y de fe. El evento, organizado
por el Pontificio Consejo de la Cultura y el Centro Deportivo Italiano y
enmarcado dentro del Año de la fe, contó con la presencia de numerosas
familias, seminaristas, escolares y peregrinos que, antes del tradicional rezo
del Ángelus, disputaron la prueba atlética intercambiándose el testigo.
La iniciativa está basada, según reconoció el Pontificio
Consejo de la Cultura en un comunicado, en la Carta a los Corintios de San
Pablo donde se describe «una carrera ideal en la que la fe se pasa de
generación en generación y el cristiano compite para conquistar una
corona incorruptible», reconoce el PCC. Otro objetivo que se ha pretendido
subrayar es la importancia del deporte como bien cultural, educativo y
espiritual y llamar la atención de los diversos componentes del mundo católico
sobre el papel formativo que puede asumir el deporte en la catequesis
cristiana.
La carrera
Cada participante recorrió una distancia de 100 metros,
comenzando en la Vía de la Conciliación y terminando en la Plaza de San Pedro,
justo enfrente del Vaticano.
En la Vía de la Conciliación se instaló una pista de cuatro
calles de 100 metros de longitud. En la Plaza de San Pedro, un palco saludaba a
los participantes y animaba el encuentro con entrevistas, documentales y
lectura de textos sobre el deporte. La llama olímpica quedó encendida al lado
del palco durante todo el evento.
Los 100 metros de carrera y fe reunió a unas
5.000 personas que se fueron alternando durante tres horas, desde las 8:30
hasta las 12:00 llevando, como explicó el Pontificio Consejo para la Cultura,
«un mensaje de fe y esperanza». Entre los participantes se encontraba la
jugadora de tenis Mary Santangelo; el ex atleta británico, Jason Gardener
-Medalla de Oro de relevos en las Olimpiadas de Atenas 2004-; el corredor
Ulderico Lambertucci; y Andrea Bartalo, hijo del mítico ciclista Gino Bartali,
ganador de tres Giros de Italia y dos Tours de Francia.
Este lunes 21 sigue el encuentro entre deporte y fe con el
seminario Creyentes en el mundo del deporte, que analizará las
relaciones entre deporte y fe y en el que participan distintos deportistas de
élite y responsables de las asociaciones deportivas católicas.
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