Plaza de San Pedro
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy, y siguiendo el Concilio Vaticano
II, quiero reflexionar sobre María como modelo «de la Iglesia en el orden de la
fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo».
Ella es modelo de fe, no
sólo porque como hebrea esperaba al redentor, y con su sí se adhiere al
proyecto de Dios, sino porque desde ese momento su vida se centra en Jesús.
Además lo hace desde la cotidianeidad de una mujer humilde que, sin embargo,
vive inmersa en el misterio, y su sí, ya perfecto desde el inicio, crece hasta
la cruz, en la que su maternidad abraza a todos. Y es modelo de caridad, como
vemos en la Visitación, pues ella no sólo ayuda a su prima, sino que le
lleva a Cristo, la perfecta alegría que viene del Espíritu y se manifiesta en
un amor oblativo. Es modelo también de unión con Cristo, sea en su tarea
cotidiana, sea en el camino de la cruz, hasta unirse a Él en el martirio del
corazón.
Y ahora preguntémonos: ¿cómo nos interpela la figura de María? ¿la
vemos lejana? ¿acudimos a ella en la prueba? ¿somos capaces, como ella, de
amar dándonos totalmente? ¿nos sentimos unidos a Jesús, según su ejemplo, en
una relación constante o sólo nos acordamos de Él en la necesidad?
Saludos
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a
los grupos provenientes de España, Argentina, Costa Rica, México, Panamá,
Venezuela, Paraguay, Chile y los demás países latinoamericanos. Invito a todos
a pedir al Señor su gracia, de modo que amemos cada vez más a María, Madre de
la Iglesia. Gracias.
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